El amor de una madre es paciente y perdona cuando todos los demás abandonan, no falla o flaquea, incluso cuando el corazón está roto… Nuestra entrevista para esta edición tiene mucha alegría y sencillez, nos ha tocado platicar con Ana Carolina, madre de 3 hermosas niñas.
Ella fue reina de nuestra Ciudad, pero no sólo por su belleza física (que es mucha) sino por su caracter afable y su calidez humana. Es una gran esposa, amiga, hija y -por supuesto- una madre ejemplar.
Ana Carolina, háblanos de ti, detus hobbies, gustos, actividades…
Me considero una persona muy sencilla y de hábitos, todos los días al despertar -si están mis hijas- les preparo el lunch -también a mi marido- posteriormente hago una hora de ejercicio, al regresar dispongo los pendientes de la casa.
Soy mucho de manualidades y de tomar clases, me gusta tejer, cocinar ¡aprender siempre algo nuevo! Ahora todo mundo habla de depresión, yo se que es una enfermedad, pero creo fehacientemente que el mantenerse ocupado ayuda a evitarlo.
Me gusta hacer cosas para mi casa, tengo unos cojines en la sala que yo hice, he desarrollado un gran gusto por las plantas, y bueno tengo muchas amigas que me dicen:
“¿No te gustaría trabajar, ahora que tus hijas han crecido?”
Y la verdad es que mi respuesta es no (¡!) porque siempre he realizado distintas actividades y me encanta mi casa (¡!). Yo me siento completa y realizada porque siempre estoy haciendo algo.
¿En dónde realizaste tus estudios?
Hice kínder y 6 años de primaria en el Colegio Atenas y la secundaria la cursé con los Maristas en el Colegio Pedro Martínez Vázquez, la preparatoria y mi carrera en el Tec’ de Monterrey concluyendo mi licenciatura en Administración de Empresas.
Platícanos de tu familiaYo tengo 3 niñas y estoy feliz; mi marido siempre ha estado acompañado y lleno de amor.
En cuanto a la educación en el hogar, yo no tuve la necesidad de trabajar y al llegar mis hijas fue una bendición poder estar en casa, y como son mujeres estuve -y estoy- muy al pendiente de ellas. Cuando estaban chiquitas, las amigas y amigos de mis hijas me mandaban solitudes de amistad en redes sociales, ellas me decían: “Por favor mamá todo mundo tiene Facebook, menos yo” y pasando el tiempo consideré que era el momento para tuvieran redes sociales, y por medio de las publicaciones de sus amigos yo me enteraba de sus actividades (¡!)
Y me decían: “¿Pero mamá cómo te enteras?”
Y yo: “En la fila del jamón, me encuentro a las mamás de tus amigos…” luego llega el Snapchat, twitter, instragram, etcétera y como mamá no debes de satanizar, tienes que ser actual e ir con ellos en ese camino y -obvio- tener mucha comunicación.
En mi familia la hora de la comida es muy importante y es un aspecto que alabo de mi marido, afortunadamente su trabajo le permite compartir ese momento con nosotras y se convierte en la oportunidad de compartir las tristezas, alegrías, los regaños; podemos hablar de cualquier tema y es cuando mis hijas aprovechan para platicar sus anécdotas y como mamá hay que estar muy atenta y darte cuenta de cuando necesitan un consejo.
Siento que esa parte de estar presentes es lo que fortalece nuestra relación familiar. Les hemos inculcado que hay que estar cerca de la familia, por ejemplo, los viernes comemos con mis papás – sus abuelos maternos- Y todos los sábados vemos a su abuela paterna y nos recibe de maravilla.
Desde que estaban chiquitas era: “primero vas a ver a tus abuelitos a comer con ellos, platicar y ya después se van a la fiesta”.
¿Cómo es la dinámica con tus hijas?
La mayor se llama Ana Carolina, tiene 25 años, ella es la más parecida a mí en carácter, es muy platicadora, espiritual, es la más apegada a mí, la que más me cuenta de sus cosas.La segunda se llama Daniela, tiene 23 años, es la alegría de la casa, siempre esta con la broma; es la sal y pimienta de la familia ¡es la que nos hace reír! La tercera se llama María, tiene 20 años, es muy empática con su papá, es la que más se parece mi esposo; muy tranquila también espiritual e independiente desde pequeña ¡se abrochaba las agujetas desde los 3 años!
Yo desde un principio decreté: “somos felices con tres niñas” y la verdad es que somos muy felices y estoy muy agradecida.
Me he dado el tiempo para comprender y conocer a cada una de mis hijas y compartir muchos momentos…
Yo quiero que mis hijas sean lindas, amables, que los niños no les tengan miedo, nosotros somos una familia muy sencilla; les hemos tratado de inculcar que busquen personas que las quieran como son, que no las vean como princesas inalcanzables, sino como trabajadoras y sencillas que aprecian a las personas no por su nivel socio-económico sino por sus valores, conocimientos y educación.
Actualmente la sociedad se basa en el tener, ahora tienes que trabajar para comer y vivir, pero debemos preguntarnos ¿qué tan importante es trabajar fuera de casa para tener un viaje espectacular? y a lo mejor está bien, pero creo que llega el momento en el que te tienes que preguntar si en verdad vale la pena estar todo mi tiempo trabajando, en lugar de estar pendiente de los hijos y verlos crecer… Siento que la mujer siempre ha sido el pilar de la familia, Dios nos ha dado esa gracia .
Lo más importante es ser felices y educar a niños felices para que nuestra sociedad mejore. Los tiempos son distintos y sé que el día que mis hijas formen una familia van a poder trabajar y salir adelante, apoyar a su marido; pero siempre les reiteraré que no deben descuidar a sus seres queridos.
¿Qué fue lo que aprendiste de tu mamá y que no repetirías de ella?
Mi mamá se llama Carolina y admiro su sencillez, es una persona muy directa y muy trabajadora ¡es como una hormiguita! Cocina riquísimo, teje y cose divino; les ha hecho vestidos a sus nietas, bisnietas.
Tiene su hogar funcionando muy bien y principalmente es una mujer sumamente honesta y caritativa.
Y lo que he tratado de no repetir es lo gritona (¡!) siempre había vivido en un rancho y cuando era niña había que levantarse muy temprano para ir a la escuela; siempre nos llevaba el jugo o licuado a la cama, no podíamos salir de casa sin desayunar, así que nos levantábamos, y ya saben -la cama muy a gusto-, hasta el momento en el encendía los focos, entonces luz te despertaba y esa parte es la que considero más molesta de mi niñez con mi mamá; así que siempre le decía: “cuando tenga a mis hijas nunca les voy a prender la luz” y la verdad es que he tratado de no hacerlo con mis hijas, les pido que se levanten o las levanto pero sin luces (¡!)
¿En tu agenda de mamá tendrías algo pendiente?
Yo creo que como mamá nunca dejas de educar es un trabajo continuo, tanto como abuelita y bisabuelita seguimos educando, pienso que en la familia mexicana tendemos a educar con el ejemplo y las anécdotas, con cómo viviste y cómo lo solucionaste…
Como mamá nunca dejas de dar consejos y escuchar a tus hijos; llegando el momento en el que forman su familia puedes ser más prudente la cosa, pero seguimos al pendiente de ellos.
¿Qué consejo que tus abuelitas te dieron compartes con tus hijas?
Siempre tuve una convivencia muy hermosa y cercana con mis abuelitas, recuerdo mucho que mi abuelita materna –Lolita- me decía: “mira bonita, una mujer lo primerito que debe de hacer al levantarse es pintarse la boca y ponerse perfume” y mi mamá contestaba: “primero bañarse” (todo son risas) pero se entiende que era una manera de decir que siempre hay que estar presentable.
Y mi abuelita materna -Carmen- me decía: “Siempre tienes que cocinar muy rico para tu marido, si cocinas rico lo vas a tener siempre en casa”. Entonces una de mis abuelitas era la que me aconsejaba estar bien conmigo, cultivar la belleza y la otra mantener el calor del hogar.
Y la verdad son todos esos conejos -a través de anécdotas- se van transmitiendo, hasta el punto que mis hijas me ven sin maquillaje y me dicen: “mamá píntate la boca” (entre risas) Ana Carolina, literal, eres una reina, cuéntanos de esa etapa de tu vida.
Fui reina del Tec en el año 87 y en el 89 reina de Expofresas. Mi abuelita Lolita siempre quiso ser reina, pero su papá nunca la dejó y mi papá estaba en la misma postura; cuando me hablan los del Patronato de la Feria para decirme que me habían seleccionado para ser reina yo me puse nerviosa no sabía qué responder porque él se encontraba en un campeonato de tiro y no podía hacerlo sin su permiso (yo respeto mucho a mi papá y estando más joven me le cuadraba) -sí él decía que “no” era “NO”-.
Total, mientras esperaban la respuesta, mi abuelita me dijo: “¡Yo te doy permiso, yo hablo con tu padre!” y gracias a ella fui Reina, mi abuelita me acompañaba a todos los bailes. Para mí fue un gran aprendizaje ya que era mi chaperona iba conmigo a todos lados, recuerdo todos los bellos momentos que pasamos juntas y me llenan de alegría y nostalgia.
Anteriormente Irapuato no era tan grande, todo ha ido cambiando, el circulo se ha ido ampliando; ahora las redes sociales facilitan a las reinas realizar más acciones.
Ana, hablando de las redes socialesalgún consejo para las mamás en ese aspecto. Las redes sociales facilitan muchos acercamientos de personas que están a la distancia, aunque también tienen su lado negativo, al mostrarnos más expuestos y vulnerables en ciertos aspectos con bandera de ‘libertad de expresión’. Por ello, nunca una Red Social, debe opacar la comunicación familiar.
Y cuidar hasta cierta edad el no tener cuenta de Facebook o alguna otra red social, lo que más puedas tardar en entregar un aparato con redes sociales a sus hijos es lo mejor para evitar esa ‘adicción’ de estar todo el tiempo en el celular; fomentar la convivencia en familia, establecer límites y cumplir los castigos por más que se nos parta el corazón en cachitos. Debemos hacer que acaten esos límites para que crezcan y sean personas de bien.
Algún consejo que puedas dara las mamás para que apoyen a sushijas con los problemas actualesde bulimia, autoestima, anorexia.Yo creo que como mamá debes transmitirle esa seguridad a tus hijas e hijos, y tener mucho cuidado de decir las cosas y aspectos de tu hijo que no te gusten de la mejor manera para no crear golpes a su autoestima.
Porque muchas veces esos comentarios que decimos no los toman como críticas constructivas, sino todo lo contrario, por ello debemos cuidar el momento y las palabras para desarrollar la seguridad en nuestros hijos.
La mamá es quien tiene que estar presente y alerta para captar todos esos problemas que nuestros hijos no suelen tener la confianza para hablar, es un trabajo desde casa aprender a decir “no”…
Las mamás debemos ser muy aterrizadas, para criar hijos seguros y con valores.
Un día Dios te preguntará: “¿Qué hiciste con ese tesoro que yo te entregué” y tu debes poder contestar: “Lo (la) hice un (a) hombre (o mujer) de bien”… Agradecemos el tiempo que nos brindó Ana Carolina, así como todos los consejos y deseamos que ella y todas las mamás ÉLITE 2g pasen un hermoso Día de las Madres, rodeadas del amor de sus hijas e hijos.
¡FELIZ DÍA DE LAS MADRES!